martes, 26 de enero de 2010

Sobre los riesgos


¿Será cierto que cuanto uno más adulto, menos se entrega a los demás? ¿Que la amistad pierde el valor de la adolescencia en la adultez?. ¿Que los para siempre empiezan a diluirse y vamos por la vida más precavidos? ¿Será que con la adultez se vuelve uno más frágil, menos dispuesto a ser usado y se ataja cerrando puertas?
Detesto a las personas que piden ayuda a los amigos “bombero” (esos que disparan ante la mínima necesidad para auxiliar) y cuando el incendio cesa, prescinden de ellos. Aunque forma parte de la madurez entender que la cuestión no es dejar de ser bombero, sino arriesgarse a apagar incendios aún cuando nadie nos reconozca el habernos puesto en juego.
Anoche el círculo de cristal volvió a reunirse y el tema de la noche –uno de los tantos--fue “El riesgo”.
Si hay algo que agradezco a ese círculo es el habernos vuelto a reunir en la vida, aún cuando algunos incendios nos atravesaron e hicieron temblar los cimientos en algún momento. De eso se trata justamente TODO. De correr los riesgos.