viernes, 15 de enero de 2010

Cristal


Y sí, vivo en una cajita de cristal. En una que me inventé para que muchas cosas no me rozaran. Pero no creo que eso sea tan condenable. Así como las personas se unen en guetos, clanes, cofradías de acuerdo a sus principios, yo también lo hago. Me uno a las personas parecidas –o esencialmente parecidas--, a quienes viven en sus cajitas de cristal, a quienes se inventan un mundo para que el que les tocó en suerte no lastime tanto. Uno menos frívolo y descartable.
Trato de ser tolerante con todo el mundo, pero selecciono cuidadosamente a quienes pueden entrar en esa caja de cristal sin quebrarla ni romperla.
Desconfío primero y recién después confío. Una sutil manera de poner un filtro. Porque no se puede ser amigo de todo el mundo. No se pueden abrir las puertas de un reino de cristal tan frágil.
Anoche vino a cuento el tema de la caja de cristal y los aviones. Ideas muy inspiradoras para mis próximas obras. Gracias a ese Círculo (o gueto) de cristal por tan inspiradora charla.
(Arezzo, 14 de enero de 2010).