lunes, 14 de diciembre de 2009

Antes de que se borre


Por más de que sea mito, me fascina ese dicho popular acerca de que los peces no tienen memoria. Que olvidan con la facilidad de quien respira. Que por esa razón viven como en constante ahogo, teniendo que recordar respirar.
Me gustaría gozar de esa memoria tan endeble para descartar los peores recuerdos. Y en cierto modo mi memoria es como la de un pez. Porque, como todos, voy interviniendo mis recuerdos casi quirúrgicamente. Descartando lo que duele o disgusta.
Hoy quiero inaugurar este blog que no es precisamente periodístico, ni catártico, ni antropológico. Algunos días será todo eso mezclado. Otros, será inclasificable. Predomina la idea de desmenuzar acontecimientos sobre la marcha.
Bienvenidos a las memorias de un pez.